Durante más de cuatro décadas, el líder de Crowded House, Neil Finn, ha realizado un viaje evolutivo y sinuoso. Los éxitos de Crowded House de mediados de los ochenta como “Don’t Dream It’s Over” y “Something So Strong”, combinados con álbumes como Woodface y Together Alone, establecieron el estándar para el jangle-pop erudito de la época, al tiempo que siempre impulsaban el arte de la banda.
Ese espíritu creativo lleva a Finn y a sus compañeros de Crowded House a Gravity Stairs, su primer nuevo lanzamiento desde Dreamers Are Waiting de 2021 y el octavo en total. Producido por la banda con Steven Schram, el álbum muestra a Crowded House en su encarnación actual -Finn, Nick Seymour, Mitchell Froom y los hijos de Finn, Elroy y Liam- tan agudos como siempre, sintiéndose musicalmente aventureros y aún capaces de alcanzar los asombrosos máximos que los han convertido en un favorito internacional. Es el acto de subir esas figuradas “escaleras de gravedad”, inspiradas en una pesada escalera de piedra cerca de donde Finn pasa sus vacaciones, lo que él compara con su propia mentalidad como creador.
Las Escaleras de Gravedad simbolizan la lucha por ascender, reconociendo las fuerzas opuestas del peso en la mecánica de la vida. Es un acto de voluntad cotidiano.
Finn describe ese proceso en “Magic Piano”, que abre el álbum. Exuberante y sofisticado, el arreglo de la canción captura una sensación casi alucinatoria de ir a la deriva. “Que reine la melodía, oh sí”, canta Finn, ofreciendo un homenaje a lo que él llama su “devoción servil por la música.”
El currículum de Finn lo confirma. Desde que se unió a su hermano Tim en la banda de pop artístico de los ochenta Split Enz hasta que lideró Crowded House, pasando por sus numerosos trabajos en solitario, la variada obra de Finn está conectada por su habilidad para escribir melodías meticulosas e indelebles y letras impresionistas que exigen múltiples escuchas. Esto le ha granjeado devotos seguidores en todo el mundo.
