María Natalia presenta El despojo”: La visibilización del desplazamiento forzado
Familias enteras en Chiapas tuvieron que dejar todo atrás, víctimas de violencia política y agraria.
En 2018 la cantautora, María Natalia interesada por retratar y visibilizar artísticamente diferentes conflictos sociales y medioambientales en Latinoamérica inicia el proyecto CaraSur, un cancionero documental, con música original a su cargo, realizado en distintos países de Latinoamérica, desde Tijuana hasta Chile.
Actualmente se encuentra lanzando su álbum debut El suspiro de un árbol en formato cascada, proyectando en sus canciones nostalgia y rabia a través de géneros como el rock, folk, blues, bolero y bosa, un disco con influencias de Violeta Parra, Lhasa de Sela, Mercedes Sosa y Natalia LaFourcade.“El despojo”, capítulo homónimo de CaraSur, está inspirada en las comunidades que sufren desplazamientos forzados en Chiapas, familias enteras que tuvieron que dejar todo atrás, víctimas de violencia política y agraria.
El problema de los desplazados en México se mantiene invisibilizado, muchas y muchos desconocen aún su impacto y crudeza, pero lo cierto es que miles de personas en diferentes localidades, en su mayoría indígenas, han sido obligados a dejar sus casas y su territorio por diversas razones, todas vinculadas con el poder, el dinero y el control territorial.
La melodía de la canción complementa el documental reflejando de forma cruda y cautelosa los pasos que deben de dar estas familias para huir y avanzar hacia la incertidumbre de la falta de hogar. En un país donde la justicia es escasa y la ley no responde, nace esta plegaria hacia la tierra para que ella se apodere del bien común, para que lo que sea despojado sea la ambición por el poder y la violencia. Este paso transitorio está reflejado en el puente de la canción, a partir de él podemos sentir cómo el espacio sonoro, creado por el productor Ludo Hunt, nos ilumina y acompaña con acordes dulces y brillantes culminando en una orquesta llena de esperanza.
“Componiendo la canción, no encontré mejor inspiración que Violeta Parra para tratar un tema tan cruel y doloroso. Siento que hay melodías que de alguna manera me llevan a ella y a su dolor por el abuso sistemático, invisibilizado y normalizado interpretado en sus canciones”, cuenta la artista.
La melodía y los arreglos instrumentales de la canción te adentran en un paisaje sonoro nostálgico, crudo, reflexivo y conmovedor. En la fuerza del tambor se puede sentir la violencia que retumba y arrasa con ancianos, mujeres, hombres y niños, víctimas de la ambición. Su grito y el de la tierra resuenan en la dulce tensión de las armonías pidiendo justicia. La orquesta final es la esperanza de un México más consciente y sensible.