Tras presentar los singles “Altar”, “Dolor” y “Flores Ardientes” en el último año, SUA cautiva con una obra de arte en su nuevo EP, con producción musical a cargo de Mariano Otero.
Siguiendo la línea de la meditación personal y el proceso de cerrar heridas, con “Caballo bueno” y “Desierto”, los dos tracks que conforman el material, juega con el contraste entre historias opuestas.
Mientras que en «Caballo Bueno» alguien que tiene una relación pero está roto por dentro, «Desierto» narra la vida de quien no puede tener una relación, pero a pesar de ello, se siente pleno y realizado. Juntos, estos relatos tejen un tapiz que explora la complejidad de las emociones humanas y las paradojas del amor y la soledad.
«Caballo Bueno» es una oda al temor y al anhelo. Un joven se encuentra atrapado en una relación cimentada en la conveniencia, vínculo que lo mantiene prisionero y le impide avanzar en su vida. Sin embargo, cuando se cruza con este «ángel» que irradia vida, se ve atrapado en una dicotomía entre la comodidad de lo familiar y el resplandor de una nueva posibilidad.
Por otro lado, «Desierto» nos transporta a una relación marcada por la distancia, separada por un océano que simboliza las circunstancias y los caminos divergentes. En este contexto, los sueños y los viajes fantásticos en la mente de la protagonista se convierten en el sustento del recuerdo, manteniendo viva la llama de lo que alguna vez fue.
Con una interpretación susurrada, gentil y elementos sonoros minimalistas, el estilo artístico de SUA se destaca por la extrapolación de su propio universo personal a la música. Con ella es capaz de dibujar historias y personajes que la representan en cada una de sus facetas, sus procesos y sus conclusiones.
